Ansa – Latinoamerica – ANSA/AMLAT: Trabajo decente, en crisis o sin crisis, OIT. 26 ottobre 2011
Ansa – Latinoamerica
Octubre 26 2012
Por Margarita Bastías. SANTIAGO DE CHILE, 26 octubre (ANSA) – El trabajo decente debe estar al centro del desarrollo con equidad, tanto en una crisis como antes o después de ella, e incluso en caso de enfrentarse a una eventual nueva crisis económica.
Lo subrayó Gerhard Reineke, miembro del equipo de trabajo decente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al intervenir en el Primer Congreso de Corresponsales de los 10 países de América del Sur que se realiza en Santiago.
El especialista señaló que ante el actual panorama mundial, “una nueva crisis es una amenaza incierta” por las señales de pérdida de recuperación tanto en Estados Unidos como en Europa.
“Aún no se sabe si seguirá como pérdida de ritmo con crisis localizadas o como nueva crisis global, de lo cual depende el escenario en América Latina”, donde los más afectados son las naciones vinculadas a Estados Unidos (México, América central, Caribe).
En los países desarrollados, añadió el funcionario de la OIT, los subsidios por desempleo funcionan como “estabilizadores automáticos” mientras en los países en desarrollo se conoce el “uso de programas de empleo de emergencia masivos, pero no mucho más”, aunque ha habido experiencias novedosas en la región pero es “necesario institucionalizar estas políticas para que sean sostenibles en el tiempo”.
En América Latina y el Caribe es posible introducir el seguro de desempleo en países con sector formal significativo o extender duración del beneficio durante período recesivo. Hay que evaluar también los programas de protección al empleo y perfeccionar los empleos de emergencia para contar con programas en aplicación para aumentar escala en crisis.
Reineken llamó la atención sobre la equidad en la distribución de los frutos del crecimiento a lo largo del ciclo para no volver a crecer en forma inequitativa.
Entre 2000 y 2008, América Latina y el Caribe crecían a un promedio anual en el periodo 2000-08 de 5,4%. El desempleo cayó de 11,2% en 2002 a 7,3% en 2008. La pobreza se redujo de 44% en 2002 a 33% en 2008, “pero el crecimiento no estaba solucionando varios graves problemas sociales en la región”.
La distribución del ingreso -mencionó- sigue más desigual en América Latina y el Caribe que en cualquier otra región, a pesar de leves mejoras entre 2002 y 2008.
En 7 de 9 países con información, la participación de la masa salarial en el PIB bajó entre 2000 y 2005; los salarios reales subieron menos que los aumentos de la productividad laboral habrían justificado.
La brecha de ingresos del trabajo entre hombres y mujeres se ha cerrado parcialmente durante la década, pero esta mejora se debe principalmente al aumento de escolaridad de las mujeres ocupadas. A igual nivel de escolaridad, las mujeres con jornadas de trabajo comparables, siguen ganando menos de tres cuartos de lo que ganan los hombres.
La mitad de los ocupados no tiene cobertura de pensiones.
Por eso, completó Reineken, “el trabajo decente debe estar al centro del desarrollo ya que alrededor de 80% de los ingresos de los hogares en la región provienen del trabajo”.
Recordó que trabajo decente significa, de acuerdo a la definición que hizo la OIT en 1998, que el crecimiento tiene como prioridad generar empleos productivos y adecuadamente remunerados; cobertura de protección social, ningún tipo de discriminación, ya sea por género, edad, ni ninguna otra condición, y diálogo social a nivel micro como macro.
Para el encargado de la OIT, en la región subsisten importantes “déficit de trabajo decente”, es decir insuficiencias en diversas áreas de la calidad del trabajo que deben ser superadas para lograr un desarrollo con justicia social y equidad.
“Para lograr cerrar las brechas de inclusión social y equidad, no basta con volver a crecer”, dijo y señaló que el rol de la administración del trabajo no se limita a la crisis sino que hay que “diseñar e implementar políticas de mercado laboral para el ciclo completo”.
Y ante la amenaza hoy de una nueva crisis se debe “estimar el costo fiscal de un nuevo paquete anticíclico en caso de que las perspectivas se deterioren”. (ANSA).