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Se consolida la transferencia de conocimiento como la mejor herramienta para consolidar la paz en Colombia


A lo largo del último mes, IILA ha certificado a cientos de beneficiarios de diferentes capacitaciones desarrolladas de forma virtual y presencial en los tres territorios en los interviene el Proyecto Paz Colombia.
El primer seminario internacional sobre aceites esenciales que convocó a cerca de 90 participantes, dos talleres presenciales con más de 20 técnicos que aprendieron a hacer evaluación de la calidad del café, múltiples eventos virtuales sobre turismo (museología, COVID y turismo, espacios abiertos y técnicas de construcción), agricultura (agricultura urbana) y cítricos (aceites esenciales), así como un Facebook Live en el que se analizó el tema de las huertas caseras como proyecto de seguridad alimentaria y nutricional que contó con una participación de más de 170 personas, hacen parte de las actividades culminadas durante el mes de junio en Cartama, Huila y Cauca, los territorios que son objeto de apoyo por parte del Proyecto “Agricultura y Turismo Sostenibles para la consolidación de la paz en Colombia”, liderado por IILA.
Con esto, se refuerza la importancia de la formación como una herramienta de superación de vulnerabilidad para quienes han sido víctimas de la violencia en Colombia. Según lo confirmó Nicola Michelon, coordinador nacional del Proyecto, son una serie de talleres y capacitaciones que han estado liderados por expertos de carácter nacional e internacional, garantizando una capacitación de alto nivel para aquellas personas que han sido escogidas como beneficiarias del Proyecto y que a partir de ahora, que han sido certificadas en las diferentes áreas, tienen la responsabilidad de hacer llegar esa información a los territorios para ayudar a cambiar las condiciones de los campesinos, empresarios, docentes y emprendedores que son los beneficiarios finales más importantes del Proyecto. Es importante recordar que el Proyecto Paz Colombia tiene como objetivo promover el desarrollo sostenible y una mayor inclusión social en tres de los territorios que han sufrido los trastornos sociales y económicos causados por el conflicto armado, potenciando la competitividad de las economías rurales a través del suministro de maquinaria y de la transferencia de conocimientos y buenas prácticas, promoviendo la formación de jóvenes, mujeres y sectores vulnerables de la población.