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Proyecto IILA“Agricultura de precisión en la zona fronteriza República Dominicana-Haití”. La respuesta de Dajabón a la emergencia COVID-19.


Dajabón es una pequeña ciudad fronteriza en la frontera con Haití, inmersa en un entorno rural donde la agricultura, en oposición a la tendencia con otras regiones del País, sigue siendo uno de los principales sectores económicos de referencia. En un país donde el turismo internacional es, con mucho, la actividad económica principal, la frontera mantiene un estilo de vida más tradicional y genuino, donde los conceptos de comunidad y de convivencia están arraigados en el tejido social. A pesar de la aún modesta innovación tecnológica.

Además de la agricultura, en el marco económico de la ciudad y de la provincia homónima, desempeña un papel fundamental el comercio binacional con Haití, que encuentra su culminación en el animado mercado de frontera, uno de los más importantes de todo el País, instalado los lunes y viernes en el lado dominicano en una llamada “zona franca”. En estos días los haitianos cruzan la frontera a través del puente sobre el río Rio Massacre, cuyo nombre trágico recuerda antiguas matanzas dictatoriales. Así, miles de personas se amontonan para comprar, vender e intercambiar frutas, verduras y mercancías de todo tipo, incluidos los productos donados por las organizaciones internacionales. De entre las callejuelas del mercado es posible encontrar a los “carreteros” con sus carretillas repletas de hortalizas, “motoconchos” que a penas se abren camino entre la multitud y mujeres que, con sorprendente equilibrio, transportan la mercancía sobre sus cabezas; gritos, empujones, la policía que amenaza abriéndose el paso, componen una realidad muy distante de las postales paradisíacas de los famosos resorts de Puerto Plata y Punta Cana.

En este contexto nace el Proyecto IILA, en colaboración con el Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola(ITESIL) de Dajabón, uno de los institutos técnicos superiores más reconocidos del País, que no sólo proporciona formación técnica de alta calidad a unos 600 estudiantes en su mayoría dominicanos, sino que constituye un punto de referencia también para la muy cercana población haitiana.

En particular, el proyecto promovido por IILA tiene como objetivo la realización de un Campo Demostrativo (véase foto) gracias al uso de tecnología agrícola innovadora y técnicas de producción experimentales. Además de mejorar la capacidad productiva de la Escuela y convertirla en una verdadera empresa agrícola modelo, el Proyecto contribuye a mejorar las capacidades productivas de pequeños y medianos agricultores locales, que de este modo tienen acceso a maquinaria y tecnología agrícola de alto nivel. Asimismo, el Campo de Demostración contribuye a la formación y especialización de jóvenes agrónomos de frontera que pueden aprender directamente unas buenas prácticas agrícolas.

La primera fase del proyecto, iniciada en septiembre de 2019, se caracterizó por la experimentación de varias plantas hortícolas, con el fin de identificar las especies más adaptadas al contexto local, considerando: la producción y el potencial comercial, así como la baja susceptibilidad a las enfermedades. Sobre la base de los resultados de la primera fase, la segunda fase del proyecto se inició en enero de 2020, con la participación de los estudiantes en un curso de formación sobre sensibilización medioambiental y utilización de maquinaria agrícola y de instrumentos técnico-científicos enviados por las empresas asociadas italianas, para la preparación y el mantenimiento de la zona agrícola. En esta fase, se ha prestado especial atención a la puesta en común con técnicos, empresarios y administradores de todos los datos recogidos en relación con las producciones y las ventas de hortalizas. Las dos fases se han presentado en el Open Day del pasado 19 de febrero. En esa ocasión, además de la visita de la escuela y del área dedicada al proyecto, se realizó una demostración práctica de todas las máquinas italianas que se utilizaron para la realización del área experimental. En el evento participaron: las instituciones dominicanas, las empresas italianas asociadas del Proyecto, los empresarios dominicanos interesados en la innovación tecnológica aportada, la dirección y los estudiantes del instituto ITESIL.

En vista del éxito y del potencial de desarrollo del proyecto, está prevista una tercera fase, que no se iniciará hasta que la situación del Covid-19 lo permita. En efecto, a pesar de las medidas cautelares adoptadas por el gobierno, la pandemia de coronavirus tampoco ha pasado por alto a la República Dominicana, que a mediados de marzo se vio obligada, mediante un comunicado del Presidente Medina, a declarar el estado de emergencia nacional y el inicio del lockdown. La suspensión de las clases y la disminución del trabajo en el instituto ITESIL llevaron inevitablemente a una fuerte ralentización del proyecto, cuya “estructura” estaba compuesta precisamente por los estudiantes que participaban diariamente en todas las actividades de campo.

A pesar de los retrasos debidos a la pandemia Covid-19, se ha llevado a cabo la producción de hortalizas, en el área dedicada al proyecto, gracias también a una correcta gestión de los turnos de trabajo, respetando las normas de seguridad impuestas. Esto demuestra cuánto la escuela ITESIL y, más intrínsecamente, el proyecto IILA son importantes para la comunidad, al representar una alternativa a la producción local de alimentos en un momento delicado como este.

Actualmente, el área hortícola está gestionada por un técnico del instituto y algunos empleados, con funciones de seguimiento de las enfermedades y cosecha de los productos maduros. A la problemática del Coronavirus, se ha ido añadiendo la climática, con temperaturas muy elevadas que llegan constantemente a los 38°C y una intensa radiación solar que limita el crecimiento de las plantas jóvenes. Por lo tanto, una vez terminada la cosecha de las hortalizas, se ha acordado una labranza del suelo y una siembra de maíz; un cultivo perfectamente adaptado a las condiciones climáticas y pedológicas ocales y de más fácil gestión. Teniendo en cuenta la escasez actual de mano de obra, este proyecto será una alternativa viable en el corto plazo.
En cuanto a los dos túneles para la agricultura instalados el pasado mes de febrero, en su interior se iniciará la experimentación de algunas hortícolas como el tomate y la remolacha roja (apreciadas e interesantes desde el punto de vista económico), que en la fase I han demostrado ser susceptibles a las condiciones de campo, en particular a la humedad, a las temperaturas altas y, por consiguiente, al desarrollo de enfermedades fúngicas. El cultivo en invernadero, con el suplemento de redes de sombra, permitirá recrear un ambiente más fresco y con temperaturas más estables; actuando además como barrera contra el ataque de los fitopatógenos, gracias a la cobertura externa de mallas estrechas. Para el éxito futuro del proyecto, sería deseable mantener una cierta continuidad productiva dentro del ITESIL, que pueda garantizar, por una parte, el sustento mismo del colegio a través de una agricultura de subsistencia y, por otra, la afluencia continua, aunque todavía muy baja, de los clientes que encontrarán productos frescos y en Km 0, en el respeto de una sostenibilidad ambiental tan anhelada en en el mundo actual.
Por último, cabe subrayar que la innovación tecnológica aportada al instituto ITESIL, además de representar un valor añadido con el posible inicio de actividades de “contratismo”, permitirá a los estudiantes de familiarizarse con la instrumentación técnico-científica y con las modernas máquinas agrícolas italianas. Esto determinará la formación de futuros técnicos agrónomos altamente especializados y capaces de promover el “Made in Italy” en otras regiones de la República Dominicana, con la probable apertura de mercados extranjeros y de nuevas perspectivas económicas para nuestras empresas italianas.

A cargo de Luca Grandinetti
Dr. Agrónomo experto en el Proyecto IILA en Dajabón (República Dominicana)