EUROFRONT: Gestión Integrada de las Fronteras y sistemas de georreferenciación
En marzo 2020 la Covid-19 ya se había expandido en los cinco continentes y el mundo frenético que conocíamos pareció casi inmovilizado. Aeropuertos vacíos, fronteras cerradas. Hoy sabemos que los tráficos ilícitos no pararon ni siquiera durante esos primeros meses de pandemia. Al contrario, evolucionaron y encontraron nuevas formas de operar. En febrero se llevó a cabo la más grande incautación de cocaína en Europa. Las autoridades aduaneras de Alemania y Bélgica han incautado una cantidad récord de cocaína, más de 23 toneladas, con destino a los Países Bajos. Los funcionarios alemanes descubrieron 16 toneladas en cinco contenedores de envío que habían llegado al puerto de Hamburgo desde Paraguay a principios de febrero. Además, se decomisaron otras 7,2 toneladas de cocaína en el puerto belga de Amberes por un valor en la calle de miles de millones de euros. En Amberes, la droga estaba escondida en un contenedor lleno de bloques de madera de Panamá. La cocaína encontrada en la ciudad de Hamburgo, en el norte de Alemania, estaba oculta en latas de relleno de pared, que había ingresado a Europa en un buque portacontenedores procedente de Paraguay.
Lo sucedido a principio de 2021 en Europa nos indica claramente que las rutas del narcotráfico no han cerrado. Es fundamental seguir rastreándolas y entender cómo las mismas se están evolucionando con la pandemia. Por lo tanto, es necesario poder contar con herramientas de análisis y evaluación del riesgo en zonas de frontera.
El Programa de cooperación europeo EUROFRONT- Apoyo a la Gestión Integrada de Fronteras en América Latina, habiendo empezado sus actividades en plena pandemia, ha considerado prioritario analizar la manera en la que estaban evolucionando los tráficos ilícitos en las cuatro fronteras piloto del programa.
Los estudios que el programa EUROFRONT ha comisionado al IDESF- Instituto de Desarrollo Económico y Social de Fronteras, además de sistematizar y analizar las normas y marcos regulatorios específicos relativos a la gestión de las fronteras que los países de América Latina adoptaron para el enfrentamiento de la pandemia, demuestran que las rutas de los tráficos ilícitos no pararon y que los grupos criminales organizados demostraron una elevada resiliencia.
Una de las tendencias emergentes destacadas en la revisión intermedia de la Unión Europea sobre el tráfico de drogas [1], fue que los grupos del crimen organizados trafican con múltiples productos ilícitos, a menudo por las mismas rutas de las drogas, lo que lleva a una convergencia de actividades y mercados delictivos en algunos lugares y fronteras. En general, muchos de los países de América del Sur son exportadores reconocidos para una variedad de productos básicos lícitos. Brasil y Argentina, por ejemplo, se encuentran entre los principales exportadores de soja del mundo, Ecuador es el principal exportador de banano y Perú es el décimo exportador de oro a nivel mundial. Las organizaciones criminales utilizan estas exportaciones transatlánticas para enmascarar los bienes ilícitos entre los productos legales arriba mencionados, dentro de contenedores y barcos. Este fue el caso de la incautación de febrero en Europa. En otros casos, las organizaciones falsifican el origen ilegal de productos legales, lo que dificulta la determinación de la legalidad, por ejemplo, con la madera y el oro. Todo lo mencionado se suma a los controles portuarios inadecuados y a la falta de coordinamiento interinstitucional e internacional, de los puestos fronterizos, que facilitan estas operaciones ilícitas. Esto ha permitido la intersección de los flujos ilegales que conectan los puertos de América del Sur con los puertos de África y Europa y que promueven la convergencia de las redes delictivas [2].
La convergencia también ocurre a nivel regional, facilitada algunas veces por hechos de corrupción, controles fronterizos laxos y economías informales generalizadas. Esta convergencia local está intrínsecamente ligada a la convergencia transatlántica, ya que el control de territorios, un puerto, una ciudad o parte de ella permite a los grupos criminales locales acceder a bienes ilícitos, reclutar miembros, fortalecer su posición frente a los gobiernos y controlar las rutas de exportación. Si bien esto es muy claro, por ejemplo, en Ecuador, donde los grupos criminales locales ejercen el control de las rutas de tráfico en la frontera con Colombia, también está sucediendo en otras partes de América del Sur. Por ejemplo, la vía fluvial Paraná-Paraguay que conduce al Océano Atlántico a través de Argentina permite a organizaciones criminales locales, como el Primeiro Comando da Capital (PCC), enviar cocaína directamente al Océano Atlántico desde Bolivia y Paraguay sin litoral [3].
Considerada la variación y la diversificación de tráficos ilícitos en las fronteras de América del Sur debido a la pandemia de COVID-19, el Programa EUROFRONT ha comisionado, conjuntamente a los estudios, una plataforma digital en la cual se archivan y sistematizan los datos relativos a los marcos regulatorios, legales e institucionales constituidos por las autoridades públicas de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú para enfrentar la pandemia de COVID -19, y se georreferencian las incautaciones realizadas en las fronteras en análisis. La plataforma de georreferenciación [4], que se alimenta a través de fuentes abiertas, permite seguir la evolución de los crímenes complejos y delitos transfronterizos. Es una herramienta diseñada de forma tal que podrá ser expandida con el fin de ser utilizada en nuevas fases del proyecto, pudiendo inclusive incorporar nuevas variables de interés de los países y analizar datos recolectados por bases de datos ya existentes con las cuales se pueden estudiar opciones de interoperabilidad.
Hasta este momento, el banco de datos georreferenciados elaborado en la plataforma recolecta los datos estadísticos relativos al tipo de bienes de contrabando, al tipo de tráfico de estupefacientes y al tipo de delitos migratorios y trata de personas en las fronteras piloto. A través del procesamiento de la información, la plataforma se revela un instrumento muy útil también como sustento para la elaboración de recomendaciones para estrategias más eficaces en la gestión de las zonas de frontera. De hecho, la plataforma permite establecer patrones de carga de datos comunes a todas las partes, también se pueden crear nichos verticales de organización gubernamental por cada país. Es útil para categorizar las economías criminales y sus especificidades, y al mismo tiempo permite desagregar los tipos de ilícitos cuantificables y sus correspondientes unidades de medida.
La plataforma puede actualizar los datos en tiempo real, además de georreferenciar toda la información. Puede interactuar con otras bases de datos y acoplar informaciones en distintos niveles de confidencialidad, lo cual es esencial para resguardar la información propia que genera cada país involucrado. En el plano político y de inteligencia estratégica, seguridad y defensa, la plataforma representa una herramienta auxiliar en la elaboración de diagnósticos, determinación de tendencias y proyección de escenarios. Finalmente, se consigna que las informaciones obtenidas de esas fuentes se encuentran comprendidas bajo la normativa de protección de datos personales de cada Estado comprendido en las fronteras piloto.
Desde luego la importancia de una plataforma donde poder recolectar datos de los delitos transfronterizos se revela una herramienta esencial de análisis del riesgo que aporta a una eficaz y segura la gestión integrada de las fronteras, objetivo del Programa EUROFRONT. El intercambio de datos, la integración de conocimiento y el compartir experiencias permiten una cooperación multidisciplinaria y orgánica, especialmente en un territorio complicado como la Triple Frontera.
La experiencia exitosa de Europa con la metodología IBM (Integrated Border Management) es el ejemplo de cómo una gestión cooperativa de fronteras permite un control mayor sobre los tráficos ilícitos y criminales. La plataforma de georreferenciación es sólo una de las primeras propuestas que se inspiran a instrumentos utilizados por las agencias de gestión de fronteras en Europa, en este caso la plataforma utilizada por FRONTEX, adaptada a la realidad de las fronteras piloto.
EUROFRONT seguirá poniendo a disposición las buena prácticas y las lecciones aprendidas en el desarrollo de la metodología IBM para que sean de inspiración para la construcción de una metodología similar también en América Latina a través de los intercambios entre pares y asistencia técnica específicas que se activarán en el marco del Programa.
Enlace a la plataforma: Gestão da Informação (idesf.org.br)
[1] European Commission (2020) CORMS III Mid-Term Review.
[2] Cocaine Route Monitoring and Support III (CORMS).
[3] En el ámbito de la gestión de las fronteras, uno de los desafíos mayores que los Gobiernos de América del Sur enfrentan es encontrar un equilibrio entre diferentes prioridades que pueden generar conflictos. Si hablamos, por ejemplo, de políticas migratorias, la seguridad de las personas y los intereses económicos se cruzan. Además, los Estados también tienen un interés legítimo en proteger la seguridad nacional y combatir delitos transnacionales, como la trata y tráfico de seres humanos, el contrabando de droga o armas, el terrorismo. Por lo tanto, el objetivo de los gobiernos es desarrollar políticas que faciliten el movimiento legítimo de personas y mercancías, manteniendo al mismo tiempo la seguridad en las fronteras. Una gestión fronteriza eficaz puede lograr un doble propósito: mejorar la seguridad nacional, en conformidad con el derecho internacional, facilitando los movimientos transfronterizos.
[4] El vídeo de la plataforma, estructurada por el IDESF en el marco de EUROFRONT, se presenta por el link: https://www.idesf.org.br/wp-content/uploads/2021/03/Tutorial-Plataforma-IDESF.mp4