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40° aniversario de la fundación del IILA – 11 de diciembre de 2006


 

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PUBLICACIÓN

El 40º aniversario de la fundación del Instituto Ítalo-Latino Americano nos ofrece un motivo de satisfacción y de confirmación a la vez. La satisfacción surge de la constatación de que el IILA ha rebasado con éxito la línea del siglo pasado y se presenta en el tercer milenio en el panorama de los Organismos Internacionales con las mejores condiciones para continuar una acción importante, fundamental y fértil, dispuesto a recoger los retos más urgentes del presente y del futuro, arropado por un bagaje muy rico en experiencias y competencias.

El motivo de la confirmación está relacionado con lo que hoy se puede considerar como una acertada intuición. Cuando en 1965 el entonces ministro de Relaciones Exteriores italiano, Senador Amintore Fanfani, propuso la creación de un organismo a través de cual se institucionalizara la colaboración entre Italia y las repúblicas de América Latina, lo que estaba haciendo era por un lado asentar las bases para una cooperación interregional nueva y más continuativa, estimulada por una historia y por una cultura comunes, y por otro crear para una Italia que se había integrado plenamente en el contexto europeo, un rol de eje vertebrador entre la propia Europa y «nuestra América», al objeto de perfeccionar y hacer más rentables las relaciones entre Europa y América Latina.

El saldo que hoy podemos presentar es sin duda alguna positivo. Los principios inspiradores siguen siendo válidos y todavía actuales. Sin embargo, si se consideran los cambios políticos, tecnológicos y económicos que de forma a menudo vertiginosa se han ido sucediendo en las últimas décadas, creemos que ha llegado el momento de que el convenio constitutivo de 1966 sea sometido a una nueva lectura. La caída de los muros y de las ideologías, los nuevos escenarios geopolíticos, el cambio sustancial de las grandes alianzas militares, el nacimiento de nuevos estados nacionales, el fin de antiguos enfrentamientos, junto con los procesos galopantes de la globalización, son todos signos de una reorganización planetaria en constante evolución sobre la que se está construyendo convulsivamente un nuevo orden mundial, no siempre justo y no siempre solidario, donde cohabitan por un lado ricas y potentes realidades económicas y tecnológicas que hasta hace muy pocos años eran inimaginables, y por otro situaciones de malestar en muchas zonas del mundo. En este contexto los Organismos intergubernamentales, de los que el IILA representa una de las realidades más acertadas, podrían revelarse herramientas extraordinariamente eficientes y constructivas. De hecho en el futuro próximo, a través del IILA Italia podría representar un importante rol vertebrador entre los países de la Unión Europea, que son cada vez más numerosos, y los países del continente latinoamericano, favoreciendo así una mejora en las relaciones entre las dos regiones.

A lo largo de estos cuarenta años, en el estricto cumplimiento de sus funciones institucionales, el IILA ha trabajado mucho en la línea indicada, favoreciendo acuerdos de cooperación, colaboración y trabajo común entre instituciones académicas, económicas y financieras italianas y latinoamericanas y organizando fructíferos encuentros entre operadores públicos y privados de la economía, del arte, de la ciencia y de la tecnología de Europa y de América Latina. Un trabajo hecho con empeño, que ha dado sus buenos resultados y en cuya estela ahora se puede seguir construyendo, respaldados por el cúmulo de experiencias adquiridas.

Éste es el deseo que quiero expresar en nombre de los Delegados de los 21 países miembros del IILA, con el auspicio de que las actividades del Instituto, basadas en la acertada idea de Amintore Fanfani, sigan proliferando y gocen de un impulso cada vez mayor, en el marco de la profunda y sólida amistad que une Italia a América Latina.

José Roberto Andino Salazar
Embajador de El Salvador
Presidente del IILA